Son muchos los motivos que pueden explicar el pelo seco. Por ejemplo, que tu cuero cabelludo esté deshidratado y las glándulas sebáceas no produzcan la grasa capilar necesaria. Muchas veces la responsabilidad de tener el pelo seco es nuestra; los malos hábitos de cuidado y peinado pueden alterar el equilibrio natural del cabello. Algunos de los factores que contribuyen a la aparición de un pelo seco y encrespado son las coloraciones o un uso excesivo del secador, de la plancha o de las tenacillas para rizar el cabello.
Muchas veces el equilibrio natural del cabello se ve afectado por cuidados inadecuados y malos hábitos.
En general, el cabello seco se parte con mucha facilidad, es difícil de desenredar y presenta una ausencia total de brillo. Al tocarlo, su tacto nos recuerda a la paja. ¿La razón? Ya no está protegido por la grasa capilar que normalmente lo cubre y se vuelve seco, fino y permeable. Sin la cobertura que le proporciona la grasa capilar, la cutícula ―normalmente lisa y uniforme― se vuelve áspera y porosa. Por lo tanto, el agua que contiene la fibra capilar se escapa a través de las pequeñas fisuras de la fibra y al final el cabello acaba deshidratándose.
Existen productos capilares específicos para hidratar el pelo muy seco que ponen freno al fenómeno de la sequedad. Estos productos y remedios para el pelo seco contienen ingredientes de cuidado como el aloe vera y la manteca de karité, que reparan las zonas más dañadas y devuelven la suavidad a los cabellos secos. Además, los lípidos que contienen sellan la hidratación del cabello y su fórmula enriquecida con silicona facilita el peinado.
- No te laves cada día el cabello, con cada lavado eliminas la película lipídica que lo protege. Como norma general, lava tu cabello lo menos posible, solo cuando sea realmente necesario.
- Utiliza productos que hayan sido específicamente formulados para tratar los cabellos secos. Contienen menos agentes que pueden secar el cabello y su alto contenido en siliconas facilita el peinado.
- Aplícate una mascarilla capilar al menos una vez a la semana. Proporciona mucha hidratación al cabello seco y sella su superficie con aceites protectores.
- Antes de utilizar el secador o la plancha, aplícate un spray protector de calor. Las fuentes de calor son muy agresivas para el cabello y para hidratar el pelo seco. En la medida de lo posible, deja secar tu cabello al aire libre.
- Masajea regularmente tu cuero cabelludo para activar la circulación sanguínea y estimular la secreción de grasa capilar.
- Evita aclararte el cabello con agua demasiado caliente porque lo debilita. Opta por una temperatura tibia. Para conseguir más brillo y suavidad acaba el aclarado de las puntas con agua fría.
- Evita el uso de productos de acabado que contengan alcohol porque resecan demasiado el cabello.
- Utiliza peines y cepillos de calidad, si no estos pueden dañar la cutícula capilar y volverla aún más áspera.
- El cabello húmedo o mojado es muy frágil. Desenreda primero el cabello mojado con un peine de púas largas. A continuación puedes utilizar un peine más fino para acabar de desenredar suavemente tu cabello.
- Mima tu cabello: los tratamientos más agresivos pueden dañar su estructura. Si este es tu tipo de cabello, opta por productos para el pelo seco.